El último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la salud y el bienestar de los adolescentes en los países desarrollados, muestra una mejor satisfacción de los jóvenes sobre su experiencia vital. La reducción del consumo de tabaco, alcohol y estupefacientes, y la atenuación de conductas violentas son la evidencia de ello. Pero no todos los datos son positivos ya que se ha identificado el sobrepeso como uno de los problema más inquietantes. Siendo los chicos quinceañeros los que suelen presentar mayores tasas de sobrepeso, son las chicas de la misma edad las que se creen más afectadas, alrededor de un 43 por ciento. A los 11 años, ya el 26% de las chicas estima sufrirlo, lo que evidencia una tasa muy elevada para esta edad.
En los países avanzados la alimentación de los jóvenes suele ser inadecuada. Los productos industriales, con demasiadas grasas, son motivo de serios problemas de sobrepeso pero también el miedo a la obesidad, a menudo de origen cultural y propiciado por mensajes publicitarios y los medios. Hoy en día, los patrones estéticos al alza suelen exigir un físico estilizado y esta tendencia conduce a conductas extremas que son ejemplarizadas por modelos esqueléticas que desfilan sobre las pasarelas y aquejadas de patologías alimentarias.De un modo u otro, muchas jóvenes asocian su estado ideal a una delgadez a veces enfermiza y todo lo que se haga para combatir semejante estereotipo es bienvenido.
Muchos adolescentes de otros lugares del mundo tienen un físico muy estilizado y poco saludable y sin otra opción, siendo un sin sentido que adolescentes de países con un alto nivel de bienestar se ciñan dietas que les pueden perjudicar más que beneficiar.