Hacerse mayores no significa tener que descuidar nuestra salud. Durante toda nuestra vida debemos preservar nuestra alimentación, practicar regularmente ejercicio y ponerse en manos de los mejores profesionales si fuese necesario. Una operación quirúrgica podría favorecer a la reducción de peso y a mejorar nuestra salubridad.
Recientes estudios publicados por la Universidad Complutense de Madrid señalan que a partir de los 65 años, la población adulta percibe los resultados de la dejadez de su peso durante los últimos años. Esta constante muestra que en los grupos poblacionales de entre 65 y 74 años, el 47’62% padece sobrepeso y el 25’72% obesidad. No obstante, a partir de los 75 años esta tendencia suele variar y producirse una reducción de peso considerable, lo cual pone de manifiesto la ausencia de una correcta alimentación. Las claves de una bajada de peso tan abismal son: la malnutrición, medicación múltiple, disfagia, depresión, aislamiento social, etc.
Siempre es recomendable, sea la edad que sea, seguir una dieta equilibrada y realizar ejercicio en la medida de nuestras posibilidades. De igual modo, existen casos de personas que cuando se jubilan o tras un proceso depresivo, tienden a engordar y a quedarse incrustadas en sus casas, perdiendo toda relación social, toda movilidad y por consiguiente cayendo en las garras del sobrepeso y la obesidad. Desde la Sociedad Americana de Cirugía Metabólica y Bariátrica se afirma que someterse durante la tercera edad a una operación de reducción de peso no supone un incremento de riesgos con respecto a la población más joven. Es cierto que los pacientes mayores presentan más complicaciones pulmonares y cardíacas, pero a su vez serán menos proclives a tener sangrados y problemas de curación de las heridas.
Antes de someterse a una operación de cirugía bariátrica, será recomendable, independientemente de la edad del paciente, recibir un asesoramiento médico y psicológico por parte de nuestro especialista. Hay que recordar que el paso por el quirófano será la última medida a adoptar si tras el ejercicio regular y una dieta sana no se ha alcanzado el objetivo de la reducción de peso. Si el Índice de Masa Corporal de una persona de más de 65 años se posiciona por encima de 35, entonces tendrá sobrepeso, padeciendo obesidad en el caso de que estas cifras estuviesen por encima del valor 40.
A la hora de la reducción de peso en la tercera edad, resulta importantísima la labor de la familia y los parientes más próximos al paciente, pues éste pensará que a su edad ya no le sale rentable operarse ni cuidarse tanto. La vida humana es el único fenómeno impredecible, sin saber cuándo, cómo ni dónde vamos a morir. Esto nos invita a vivir al máximo el día a día y a cuidarnos independientemente de nuestra edad. Una operación de reducción de peso supone un desembolso económico importante, pero se traducirá en una apuesta segura por tu salubridad, aumentando la esperanza de vida. Y es que el sobrepeso podría ir acompañado de una serie de enfermedades de tipo cardiovascular.
Entre las operaciones de cirugía bariátrica a las que pueden ser sometidos los pacientes de la tercera edad destaca la banda gástrica. Ésta consiste en la colocación de un anillo de silicona alrededor de la entrada del estómago con el fin de limitar la entrada de comida, generando una sensación de saciedad precoz. Otra opción será el bypass gástrico, una técnica basada en la reducción del estómago y en el puenteo del intestino con la intención de que no se absorba gran parte de los alimentos ingeridos. Por su parte, la gastrectomía vertical se denomina como una técnica eficaz basada en dar al estómago un aspecto tubular. El balón gástrico se convierte en un clásico entre las operaciones para la reducción de peso. Este método tendrá una gran eficacia entre los pacientes de la tercera edad, ya que reducirá considerablemente la sensación de hambre al introducir una esfera blanda de silicona en el estómago del paciente.
Una vez sometidos a una operación de reducción de peso, será nuestro deber ser responsables y seguir las instrucciones de nuestro nutricionista. La dieta en los primeros días tras la intervención quirúrgica será muy cuidada y paulatina, para que la toma de alimentos sólidos no dañase nuestro organismo. Aunque parezca que a ciertas edades todo cuesta más, realmente no existe edad para cuidarse y luchar por nuestra salud.