Una reducción de estómago es una de las operaciones quirúrgicas más demandadas entre aquellos pacientes que sufren de una obesidad severa y necesitan reducir el estómago para conseguir llevar una vida normal y regular su apetito.
Esta operación de reducción de estómago, que practican médicos especialistas como el Dr. Joan Pujol Rafols, está caracterizada por ser una intervención muy precisa y no excesivamente invasiva que reduce la masa del estómago al punto de que, en lo sucesivo, tengamos menos hambre y podamos estar saciados mucho antes de lo que sería lo habitual antes de la operación. De esta manera, al estar saciados antes, podremos ingerir menos calorías por lo que, de modo automático, perderíamos peso.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que la reducción de estómago no es el fin de ningún tratamiento, sino un medio más en la lucha contra la obesidad. Igual de importante que el éxito de la operación de reducción de estómago que practica el Dr. Joan Pujol Rafols, es adoptar una buena dieta en consonancia tras la operación. Muchos pacientes piensan que con la reducción de estómago está todo hecho y esto no es así, pues es vital adaptar al organismo a una forma más sana de comer para evitar reincidir y volver a cometer el mismo tipo de errores.
Comer bien tras una reducción de estómago es fundamental
Los nutricionistas y médicos especialistas de las reducciones de estómago, como el Dr. Joan Pujol Rafols, recomiendan todos optar por una dieta equilibrada que haga que nuestro cuerpo pueda reconducir sus hábitos alimenticios y adoptar una forma de comer y de vivir mucho más saludable de la que llevábamos antes. De esta forma, la dieta estará caracterizada por integrar alimentos de toda la pirámide alimenticia en las dosis necesarias.
Desde luego, una dieta ideal será adecuada a la edad, el peso y la situación personal del paciente que se ha sometido a una reducción de estómago; sin embargo, hay una serie de elementos comunes de toda dieta equilibrada que contribuye a restablecer los parámetros correctos y saludables del organismo. Por ejemplo, hay que tener a los hidratos de carbono como base de la dieta.
Es cierto, los hidratos de carbono “engordan”; sin embargo provocan un efecto de saciedad en el organismo y son muchísimo más saludables que las grasas o las grasas trans que tanto daño hacen al cuerpo humano. Así, estos hidratos saludables como el pan (integral de preferencia) o el arroz deben ser la base de una buena alimentación; siempre ingeridos con moderación. Después, en el segundo escalón y los segundos en cantidad, estarían las frutas y verduras, que nos aportarían vitaminas y nutrientes y las proteínas tales como la leche, los huevos y el pescado.
Preferiremos para una dieta equilibrada tras una reducción de estómago la carne blanca a la roja y al combinar elementos de estos tres grupos (vitaminas, hidratos y proteínas) conseguiremos el equilibrio que el cuerpo necesita. Sólo de forma muy esporádica y contada podremos incorporar a nuestra dieta grasas y, desde luego, en una menor medida de la que consumíamos antes además de optar siempre por las más saludables como el aceite de oliva virgen.