Dentro de los diferentes tratamientos frente a la obesidad, hoy queremos hablarte de una técnica muy eficaz y cada vez más generalizada; el bypass gástrico. Por su seguridad, su efectividad y sus buenos resultados, se ha convertido en una de las opciones favoritas a la hora de invertir en nuestra salud.
Se trata de un modelo de cirugía consistente en provocar cambios en el sistema digestivo para limitar la cantidad de alimentos que se pueden comer y así bajar de peso. El bypass gástrico se incluye dentro de la cirugía bariátrica y es la operación preferida por muchos cirujanos debido al menor riesgo de complicaciones que supone para el paciente.
¿Cuándo debo someterme a una operación de bypass gástrico?
Te recomendamos que asistas a un especialista, el cual te asesorará física, técnica y psicológicamente sobre las condiciones de este tratamiento. Si eres propenso a padecer enfermedades cardiovasculares, apnea del sueño, hipertensión o diabetes, y ya lo has intentado todo por la vía natural (dietas y ejercicio); eres candidato al bypass gástrico. Se recomienda especialmente a aquellas personas cuyo Índice de Masa Corporal es superior a 40, o inferior pero presentando serios problemas de salud. Este tipo de operaciones suponen un desembolso económico importante, aunque a la larga te darás cuenta que mereció la pena apostar por tu salud.
Actualmente, la gran mayoría de las operaciones de cirugía bariátrica se realizan por vía laparoscópica, es decir, insertando un laparoscopio (pequeña cámara) en el abdomen a través de pequeñas incisiones. El resultado final será que los alimentos, una vez ingeridos, fuesen directamente desde el estómago reducido hasta el final del intestino. La primera parte de la operación consistirá en reducir el tamaño del estómago, mientras que la segunda se basará en puentear el intestino para que la secreción de jugos biliopancreáticos y el alimento se unan de 75 a 200 cm del estómago, reduciendo los nutrientes absorbidos. ¿Es pesada esta operación? La cirugía suele conllevar unas tres horas, prolongándose la estancia del paciente en el hospital durante 3-5 días. Durante la intervención del bypass gástrico se dejarán drenajes intrabdominales que serán vigilados por los cirujanos en los días siguientes para detectar pronto las posibles fugas que pudiesen originarse.
Después del bypass gástrico no se permitirá al paciente comer normal en dos o tres días, ya que el estómago y el sistema digestivo deberán sanar correctamente. Lo ideal será seguir una dieta equilibrada durante unas 12 semanas, aproximadamente. Se comenzará ingiriendo líquidos, luego alimentos blandos y finalmente alimentos regulares. Pronto nos daremos cuenta que cada vez nos saciaremos antes a la hora de ingerir alimentos.
El bypass gástrico conlleva ciertos riesgos, tanto a corto como a largo plazo: sangrado excesivo, infecciones, reacciones adversas a la anestesia, neumonía, coágulos de sangre, problemas respiratorios, hernias, obstrucción intestinal, diarrea (especialmente tras consumir alimentos ricos en grasas y azúcares), dolores, cansancio, piel seca, cambios de humor, náuseas, vómitos o desnutrición, aunque dependerá siempre de cada paciente. Tras el bypass gástrico notaremos como se producirán déficits de nutrientes (hierro, ácido fólico y vitamina B12), lo cual precisará de una toma de sustitutivos a estos nutrientes esenciales.
Someterse a una operación de bypass gástrico es la mejor opción si se quiere perder peso de forma efectiva y segura, poniéndonos siempre en manos de los mejores profesionales. No obstante, de nuestra conducta alimenticia y nuestros hábitos de vida saludables dependerá que esta intervención quirúrgica haya merecido la pena.