La obesidad es una enfermedad que consiste en tener un exceso de grasa corporal en el cuerpo. Es una enfermedad crónica que puede ser causada por diversos factores y que se ha convertido en un problema de salud pública a nivel mundial.
Según la OMS, la obesidad es una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Esta enfermedad se asocia con un riesgo mayor de desarrollo de enfermedades cardiovasculares, así como de un incremento de la mortalidad.
La obesidad puede prevenirse, tratarse y curarse, aunque hay que tener presente que esta enfermedad no se cura con tratamientos o dietas milagrosas.
Qué consideramos obesidad
La Organización mundial de la salud (OMS) basa su clasificación internacional de la obesidad en adultos en el Índice de Masa Corporal (IMC), que mide el peso en relación con la altura. Es una forma habitual de medir la grasa corporal y es una de las herramientas que utilizan los profesionales sanitarios cuando hablan del peso.
Según la clasificación internacional de la obesidad de la OMS, las personas adultas, de ambos sexos, que cuentan con un IMC igual o superior a 30 sufren obesidad.
Grados de Obesidad
Según los resultados obtenidos con el cálculo del índice de masa corporal, se establecen diversos grados a la hora de clasificar el exceso de peso en las personas.
Sobrepeso
Tener un IMC en el rango de sobrepeso (entre 25,y 29,9) es un problema de salud. El sobrepeso puede desembocar en obesidad y puede provocar otros problemas de salud, como la diabetes de tipo 2 o enfermedades cardíacas. Cuando se presenta sobrepeso es importante consultar a profesionales de la salud para obtener opciones de tratamiento para combatirlo y evitar que derive en una enfermedad.
Obesidad tipo 1. Obesidad Moderada
Hablamos de Obesidad moderada o de tipo 1 cuando el índice de masa corporal se sitúa entre 30 y 34,9. Se trata del grado más bajo de obesidad, aunque esto no significa que quien la padece esté exento de riesgos. La Obesidad de tipo 1 supone, normalmente, un
incremento del diámetro de la cintura, así como la aparición de ligero malestar en articulaciones y espalda y sudoración ligera en actividades diarias. Obviamente, uno de los mayores peligros de la Obesidad de tipo 1 es que derive en un mayor grado de obesidad.
Obesidad tipo 2. Obesidad grave
La obesidad tipo 2, también conocida como Obesidad grave es aquella que presenta un índice de masa corporal de 35 a 39.9. Se caracteriza por una mayor acumulación de grasa a nivel del abdomen y la aparición común de sudoración excesiva en la realización de actividades diarias comunes.
Las rodillas y las articulaciones pueden presentar malestar y los dolores de columna vertebral y el lumbago son comunes. Considerada de riesgo moderado, puede conllevar graves consecuencias en combinación con otras enfermedades o derivar en Obesidad de tipo 3.
Obesidad tipo 3. Obesidad mórbida
Una persona con más de 45 kilos por encima de su peso corporal saludable lo que supone un IMC superior a 40, tiene obesidad mórbida. La obesidad mórbida es una condición de salud grave que puede interferir con funciones físicas básicas como respirar o caminar. Las personas con obesidad grado 3 corren un mayor riesgo de padecer enfermedades como la diabetes, la hipertensión arterial, la apnea del sueño, la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), los cálculos biliares, la artrosis, las enfermedades cardíacas y el cáncer.
Causas de la Obesidad
La obesidad es una enfermedad complicada que puede tener diferentes causas que no siempre tienen que ver únicamente con la comida. Comprender mejor las causas de la obesidad puede ayudar a tratarla mejor.
Hábitos alimentarios
Comer sano, equilibrado y lo más variado posible. Es importante evitar alimentos ultraprocesados y dar prioridad a las comidas al vapor, a la plancha o al horno.
Control de las calorías
Un desequilibrio entre las calorías que se ingieren y las que se queman puede provocar un aumento de peso. La actividad física es una buena reguladora por lo que hay que encontrar tiempo para practicar una actividad física adaptada a nuestro estado de forma.
Factores psicológicos
El control del peso puede ser un reto si el paciente se ve afectado por el estrés y otras preocupaciones. Es necesario trabajar los factores psicológicos para tener éxito en el control del peso.
Dificultades en el sueño
Algunos estudios muestran una relación entre la cantidad de sueño y el peso de las personas. En general, las personas que no duermen lo suficiente pueden desarrollar sobrepeso con más facilidad que las que sí lo hacen.
Hormonas del apetito
El cuerpo tiene hormonas (sustancias químicas que controlan la función y la actividad de los tejidos y órganos) que le ayudan a saber si tiene hambre o está lleno.
Las hormonas que señalan el hambre y la saciedad no siempre funcionan correctamente en las personas con obesidad.
Saber más sobre la hormona del hambre
Factores genéticos
La genética puede determinar si tiene más probabilidades de padecer obesidad. Tener esta predisposición no es una razón para renunciar a perder peso. Una pérdida de peso del 5% por ciento puede mejorar la salud en general.
Factores ambientales
Estamos rodeados de anuncios y otros estímulos que promueven consumos poco saludables de alimentos y bebidas con alto contenido en azúcares, calorías y grasas.
Riesgos asociados a la obesidad
Más de 50 problemas de salud están relacionados con el exceso de peso y la obesidad. Estos problemas de salud son enfermedades y afecciones que pueden disminuir la calidad de vida, entre los que destacan:
Diabetes de tipo 2
Las personas obesas se vuelven resistentes a la insulina, que regula los niveles de azúcar en sangre. Acaban teniendo un nivel alto de azúcar en sangre, lo que provoca la diabetes de tipo 2.
Enfermedad cardíaca e hipertensión
El corazón no funciona bien cuando el cuerpo tiene un exceso de peso. Por lo tanto, la persona obesa suele padecer hipertensión (presión arterial alta), que provoca accidentes cerebrovasculares y daña el corazón y los riñones.
Osteoartritis
El peso adicional que soportan las articulaciones -especialmente las rodillas y las caderas- provoca un rápido desgaste, además de dolor e inflamación. Del mismo modo, la tensión sobre los huesos y músculos de la espalda provoca problemas de disco, dolor y disminución de la movilidad. Más información sobre la artrosis.
Apnea del sueño
Los depósitos de grasa en la lengua y el cuello pueden bloquear los conductos de aire, especialmente en los pacientes que duermen boca arriba. Esto les hace perder el sueño y provoca somnolencia diurna y dolores de cabeza.
Enfermedad por reflujo gastroesofágico (hernia de hiato y acidez)
El exceso de peso debilita y sobrecarga la válvula de la parte superior del estómago, lo que permite que el ácido estomacal se escape hacia el esófago. Esto se denomina reflujo gastroesofágico y la «acidez» y la indigestión ácida son síntomas comunes. Aproximadamente el 10-15% de los pacientes, incluso con acidez leve, desarrollan esófago de Barrett, que es un cambio premaligno en la membrana de revestimiento y una causa de cáncer de esófago.
Depresión
Las personas obesas deben enfrentarse a constantes y deprimentes desafíos emocionales: dietas fallidas, desaprobación de familiares y amigos, comentarios de extraños. Además, a menudo sufren discriminación y no pueden encajar cómodamente en lugares públicos.
Infertilidad
La obesidad causa estragos en las hormonas masculinas y femeninas, alterando los ciclos y el funcionamiento normal, y provocando dificultades o incapacidad para concebir.
Incontinencia urinaria de esfuerzo
Un abdomen grande y pesado relaja los músculos pélvicos, agravando los efectos del parto. Esto debilita la válvula de la vejiga urinaria, permitiendo las fugas al toser, estornudar o reír. Más información sobre la incontinencia urinaria de esfuerzo.
Cuanto más peso se tenga, más probabilidades se tendrá de desarrollar enfermedades relacionadas con la obesidad. No obstante, hay que tener en cuenta que no todas las personas con obesidad desarrollarán todas las afecciones relacionadas con la obesidad.
La detección y el tratamiento temprano de las afecciones es lo mejor para su salud general.
Una pérdida de peso de tan sólo un 5-10% puede reducir los efectos de las enfermedades relacionadas con la obesidad.
¿Qué opciones de tratamiento deben considerarse contra la obesidad?
Los planes de tratamiento se elaboran para cada persona y dependerán de su grado de obesidad y otras circunstancias. En primer lugar siempre es aconsejable una serie de modificaciones en el estilo de vida que implicarán, a su vez. tanto modificaciones en la actividad física como en la alimentación.
Modificaciones del estilo de vida
Las modificaciones del estilo de vida incluyen todo aquello que puede ayudarnos a bajar de peso. Desde el sueño hasta lo que comemos en el almuerzo o si utilizamos el ascensor o las escaleras. Todas estas modificaciones de nuestro comportamiento encajan como las piezas de un puzzle para formar su estilo de vida. Un estilo de vida saludable puede ser así
El objetivo es centrarse en modificaciones asumibles que nos lleven a mejorar nuestra salud. En primer lugar no hay que desanimarse. La salud es un estilo de vida, no una talla. Una pérdida de peso de entre el 5% y el 10% puede mejorar nuestra salud a nivel general. Llevará tiempo y es posible que surjan contratiempos, pero los beneficios para la salud son significativos.
Modificaciones de la actividad física
La actividad física es fundamental para controlar la obesidad. Lo mejor es empezar con algo sencillo y asumible. Dar una vuelta a la manzana después de cenar, aparcar lejos del destino… Son formas sencillas de hacer que la actividad física forme parte de tu día a día.
A la hora de empezar un programa de ejercicio siempre es aconsejable asesorarse con un profesional. Grosso modo, un plan de ejercicio debe ser sencillo, realista, realizable y divertido.
Modificaciones nutricionales
Cambiar los hábitos alimentarios puede ser difícil. Estamos rodeados de alimentos precocinados con alto contenido en grasas y calorías y bajo valor nutricional. Saber qué alimentos elegir para una dieta saludable también puede ser difícil.
Siempre es preferible un cambio amplio en los hábitos alimentarios que someterse a una dieta puntual. Por ello, es importante contar con asesoramiento profesional. A la hora de hacer una dieta hay que huir de las dietas milagro y de aquellas que prometen resultados rápidos. También hay que tener en cuenta que, si no existe un cambio de hábitos profundo, al dejar una dieta aparece en la mayoría de los casos el efecto rebote.
Cirugía Bariátrica contra la Obesidad
En muchas ocasiones la modificación del estilo de vida no es suficiente para que el paciente logre o mantenga una pérdida de peso significativa. Estos pacientes que han tratado de perder peso sin lograrlo, a través de tratamientos dietéticos o farmacológicos, por ejemplo, son los candidatos idóneos a la cirugía bariátrica.
La cirugía bariátrica pone a disposición del paciente diversas técnicas para una pérdida de peso efectiva y eficaz.
A la hora de escoger el tratamiento de Cirugía Bariátrica más indicado es conveniente buscar asesoramiento profesional.
Contenido revisado por:
Dr. Pujol Rafols
Titulado como Experto por la Sociedad Española de Cirugía Bariátrica y Metabólica. Jefe de Cirugía General y Digestiva del Hospital Tres Torres (Barcelona) y Jefe de la Unidad de Cirugía Bariátrica y Metabólica (UCOM) PREMIO IFSO 2012. Ver perfil completo.
Dr. Pujol Rafols
Título de Experto por la Sociedad Española de Cirugía Bariátrica y Metabólica.
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